TRADICIÓN SANTANERA
El pueblo Paraguanero festejaba la quema de Judas, con gran alborozo. Con las tradiciones cristianas sembradas en alma puras y sencillas, y como una forma de castigar al eterno traidor, que vendió a su maestro, por 30 míseras monedas de plata.
El Domingo Santo o Domingo de Gloria por la tarde, después de pasearlo por toda la población y sus alrededores al compás de la música, el que generalmente estaba compuesto por un violín, cuatro, tambora y maracas, se procedía a la lectura del testamento y finalmente la quema del traidor. En el testamento, el traidor dejaba su última voluntad de manera expresa: ropa, zapatos,comida etc
Fue tradición la quema de Judas en Tacuato, Moruy, Yabuquiba, Baraived y especialmente la de Santa Ana. Estos Judas eran elaborados con paja y trapos viejos, luego se les colocaba la cabeza que era generalmente de madera muy blanda, conocida como "barisigua" la cual tallaban en una forma tan artística, que muchas veces quedaban con un parecido a cualquier vecino del poblado, así fue como tallada la cabeza del judas por Vicente Barreno, quien lo moldeó, y el parecido fue el de Antonio Cayama en quien se había inspirado el artista, y por eso en el testamento le dejó:
A mi hijo Antonio Cayama
le voy a dejar aquí,
dos sacos de ajonjolí
con una mata de auyama.
Judas casi siempre llegó al cadalso vestido de etiqueta, con su cuerpo lleno de cohetes, y antes de sufrir la pena capital, repartía todos sus bienes, incluidas las prendas de vestir; el testamento era escrito en versos por poetas populares que tanto han abundado en nuestra querida Paraguaná.
Mi apellido es Iscariote
mi nombre Judas Tadeo
por mi padre salí feo
y sin pelos el cogote.
Después de leído el testamento y repartido todos sus bienes, el condenado era amarrado por el cuello, con mirada serena y sin ninguna emoción, recibía el fuego que habría de convertirlo en cenizas, mientras la música apagaba el trepidar de las llamas y el ruido de los cohetes, que la muchedumbre celebraba con alegría, aunque en este país hay muchos traidores disfrutando las monedas por vender a su Patria... he aquí un verso popular:
En la era de las bárbaras naciones
colgaban de la cruz a los ladrones;
y ahora en el siglo de las luces
del pecho del ladrón cargan las cruces .
Los crepúsculos de la tarde apagaron las llamas que una vez alumbraron el rostro cetrino de Judas, condenado por la ira popular, de un pueblo fiel a sus tradiciones, y hoy solo quedan cenizas en las páginas de La Paraguaná del Recuerdo. Daniel García, "La Paraguaná del Recuerdo", Volumen 2
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